viernes, 4 de abril de 2008

LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA COMO OBJETO DE ESTUDIO

El aspecto más característico y distintivo del hombre con relación al resto de las especies es la posibilidad de adaptarse a exigencias diferentes, y esta capacidad de adaptación es producto, fundamentalmente, del aprendizaje y, por tanto, de la cultura. Lo que el hombre realiza en compañía de otros hombres y lo que aprende de los otros es considerablemente mucho más que lo que son capaces de hacer otras especies.
El hombre vive en un medio que ha sido construido por innumerables generaciones anteriores en su lucha por la existencia. Progresivamente se han ido desarrollando conocimientos, creencias, valores e instrumentos que configuran lo que los antropólogos han denominado cultura. Esta cultura es transmitida de generación en generación a través de los símbolos y, particularmente, por medio del lenguaje. Por eso, desde la antigüedad el lenguaje ha sido propuesto como la característica fundamental de nuestra especie. La cultura humana y la capacidad para usar el lenguaje aparecen como cualidades específicas, de carácter distinto de los fenómenos similares manifestados por cualquier otra especie.
Para entender al ser humano necesitamos conocer cómo han sido los procesos de humanización desde la perspectiva filogenética y cómo son los procesos de humanización que se producen desde el nacimiento hasta el ser adulto. Esta perspectiva ontogenética es precisamente de lo que se ocupa la psicología evolutiva, la formación de la conducta y las funciones adultas.
El objeto de esta disciplina es el estudio de los procesos de cambio comportamental a lo largo del transcurso del tiempo. Cuando hablamos de psicología evolutiva hacemos referencia al estudio de la evolución y de los cambios psicológicos que ocurren a lo largo de la vida humana en todo su ciclo vital.
Las ideas centrales que manejamos en este intento de aproximación a nuestro objeto de estudio son cuatro: cambio conductual, proceso, dimensión temporal y ciclo vital.
Este interés por el cambio nos lleva no sólo a expresar las diferencias y similitudes de la conducta en distintos modelos temporales, sino que lo propio de la psicología evolutiva es la descripción y explicación del proceso mismo del cambio. En muchas ocasiones tenemos que partir de los resultados o productos de las acciones de los sujetos para poder inferir los procesos responsables de estas producciones. Otros estudios intentan seguir directamente los procesos psicológicos en su manifestación temporal, como por ejemplo los que utilizan los métodos de observación que permiten respetar la complejidad de las interacciones que inciden sobre los procesos de interés.
La dimensión temporal cobra gran importancia cuando pretendemos estudiar el desarrollo, ya que cualquier desarrollo necesita del tiempo para su manifestación. Es la edad la dimensión mas utilizada en psicología, pero no es la única posible. Tal como propone Martí, el cambio puede ser estudiado también a un nivel macrogenético, por ejemplo Piaget y Vygotski se preocupan de la evolución filogenética y la evolución sociocultural. Otra forma de enfrentarse al cambio es la microgenética, que presenta el objetivo de observar la constitución de un proceso psicológico en un tiempo limitado a una o varias sesiones experimentales.
El desarrollo es continuo, es decir, sucede con el paso de las horas, los días, las semanas, los meses y los años. Sucede a lo largo de toda la vida. Los cambios se producen sobre lo que hay anteriormente y el desarrollo es direccional, esto es, avanza hacia una complejidad cada vez mayor. Este avance se realiza de una forma organizada, es decir, las habilidades se van integrando paulatinamente, y se produce de forma holística, lo que significa que los avances nunca están aislados, todos los logros en el desarrollo son el resultado de la interacción de los diversos aspectos. Todo elemento del desarrollo, sea físico, cognitivo o social, depende de todos los demás.
Dentro de esta área de estudio, la psicología del niño se ocupa concretamente de la descripción de las distintas fases por las que transcurre la infancia y la adolescencia.
Uno de los aspectos determinantes del ser humano es precisamente el tener una infancia prolongada, durante la cual se abren inmensas posibilidades de aprendizaje. El ser humano tiene que aprenderlo casi todo, ya que nace con un repertorio de conductas muy pequeño, y esta es una de nuestras grandes ventajas como especie, ya que nos permite una mayor capacidad de adaptación a situaciones cambiantes.
Esta plasticidad e interacción entre el sujeto y el medio permite el surgimiento de una gran gama de diferencias individuales. Cada vida está sometida a cambios individuales en un contexto social, cultural e histórico específico, lo cual determina la individualidad del ser humano.

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO

El estudio del desarrollo puede definirse como: “El estudio científico de los cambios que ocurren en las personas así como las características estables logradas a lo largo de sus vidas”.
Esta disciplina comenzó por tratar de entender al niño, dejando subyacente la idea de que una persona se termina de desarrollar en algún momento de su vida, es decir no crece más. La idea de continuidad del desarrollo fue posterior y hoy se postula que las personas estamos en un proceso permanente de desarrollo. Seguramente a medida que vamos ganando años algunos aspectos se van “estancando”, pero nunca dejamos de crecer y desarrollarnos completamente.
Un especialista en Desarrollo (Baltes) postula ciertos principios del desarrollo:
1-EL DESARROLLO ES VITALICIO.
2-EL DESARROLLO DEPENDE DE LA HISTORIA Y DEL CONTEXTO.
3-EL DESARROLLO ES MULTIDIMENSIONAL Y MULTIDIRECCIONAL: a lo largo de la vida existe un equilibrio entre crecimiento y deterioro, mientras una persona gana en un área puede perder en otra. Por ejemplo, los niños crecen en dirección ascendente (tamaño y capacidades). El la madurez el equilibrio se desvía, algunas habilidades siguen aumentando, otras disminuyen y otras nuevas pueden aparecer.
4-EL DESARROLLO ES FLEXIBLE O PLÁSTICO: esto significa que muchas capacidades pueden mejorar mucho con la práctica, es decir, tenemos la posibilidad de desarrollarnos mas en un área que en otra y esto no está dado innatamente. Sin embargo todo este potencial de cambio tiene límites.
Es importante destacar que el Desarrollo Humano es un campo que se estudia desde muchas disciplinas, como la Psicología, las Ciencias de la Educación, la Biología, la sociología, la genética, entre otras.

PSICOLOGÍA EVOLUTIVA

Puede ser definida como la disciplina encargada del estudio de los cambios en la conducta de los seres humanos que se producen con la edad, durante todo el ciclo vital. Esta concepción contiene dos ideas principales: en primer lugar, cuando hablamos de la conducta de los seres humanos no nos referimos únicamente a la conducta externa, observable, sino también a los procesos internos, ocultos, ya sean del tipo cognitivo, como las percepciones o pensamientos, o de tipo afectivo y emocional, como los deseos y los sentimientos. En segundo lugar, la psicología evolutiva es una disciplina diacrónica, centrada en las transformaciones y cambios que se producen con el paso del tiempo, es decir con la edad.
Por estructura entendemos la organización de las conductas y procesos cognitivos y emocionales del sujeto en un momento temporal determinado; es decir, es la perspectiva sincrónica, atemporal, en el estudio del desarrollo. Por su parte, el cambio se refiere a la perspectiva diacrónica del desarrollo; es decir, al estudio de la génesis y transformación de las conductas y procesos mentales de los individuos a lo largo del tiempo. Ambos procesos o dimensiones están estrechamente relacionados.